Hoy es San Gregorio en el resto del mundo. Mañana en Lodosa
Hoy 9 de Mayo es San Gregorio en el resto del mundo, y así fue de siempre en Lodosa, pero hace ya bastantes años que lo celebramos en el sábado más cercano, que es mañana. En Turismo Navarra dicen que el más importante es el de Sorlada por su valor artístico y religioso cerca de Lodosa; no lo negamos, pero no nos podemos creer que haya otro San Gregorio en que se pase tan bien como el de Lodosa.
Eso sí. Tanto los creyentes como los que no lo son deberían conocer un poco mejor lo que se sabe de San Gregorio Ostiense (que es como se llama nuestro santo), por qué tiene tanto arraigo en nuestra tierra, y por qué las cosas no son casuales: evidentemente su vida y su sombra fue muy importante como para que en tiempos en que no existía apenas la comunicación llegase a tener tanta importancia. Os contamos la historia
Eso sí. Tanto los creyentes como los que no lo son deberían conocer un poco mejor lo que se sabe de San Gregorio Ostiense (que es como se llama nuestro santo), por qué tiene tanto arraigo en nuestra tierra, y por qué las cosas no son casuales: evidentemente su vida y su sombra fue muy importante como para que en tiempos en que no existía apenas la comunicación llegase a tener tanta importancia. Os contamos la historia
Son bastante confusas las noticias que tenemos sobre este santo muy venerado en las tierras de Rioja y Navarra, y tienen su origen en unos tiempos en que ambos territorios pertenecían al mismo Reyno Pirenaico.
Se le conoce como abad del monasterio de san Cosme y san Damián, en Roma.
El papa Juan XVIII lo hace obispo de Ostia y luego lo eleva al cardenalato, pasando a ser Bibliotecario Apostólico, puesto que mantuvo durante cuatro papados. Participa en el gobierno de la Iglesia, tomando parte en asuntos arduos y complicados de política exterior al tiempo que procura no descuidar el ministerio pastoral.
Parece ser que vino a la Península Ibérica en la primera mitad del siglo XI, como Legado papal ante las Cortes de Burgos y Pamplona. Muy probablemente tuvo que ver su envío desde Roma con las cuestiones relativas a la organización eclesiástica de los Reinos ibéricos en una coyuntura en la que se hacía muy necesaria la determinación de los límites de las diócesis que era origen y fuente de numerosos conflictos y no sólo por interferencias de jurisdicción episcopal, sino también por la pertenencia a distintos soberanos. Ello conllevaba negociaciones con los reyes y con los obispos interesados, y para esa labor hacía falta un hombre con tacto político y gran sentido eclesial.
Era asunto difícil y espinoso por los muchos intereses que encerraba era la delimitación de la diócesis de Valpuerta cuya extensión perteneció en gran parte a la desaparecida diócesis visigoda de Calahorra y que llegó a perdurar hasta el 1086, después de la muerte del santo, fecha en que quedó incorporada a Burgos (Campus Castellae) que absorbió en torno a sí a todos los obispados circundantes.
También en el sur de Pamplona y su Reyno, en torno a Nájera, erigen los reyes navarros Santa María la Real como panteón real. Ya había aparecido la figura del Nagalensis o Navarensis o Nazarensis episcopus desde el 925, abarcando las fronteras diocesanas hasta territorios que interfieren Valpuerta y Alava, amén de ocupar toda la Rioja, donde habían proliferado, durante los tres siglos de dominación musulmana, y con la ilusión de ser cada una la continuidad de Calahorra, las diócesis de Albelda, Castella Vetus, San Millán de la Cogolla y Nájera, cuya historia constituye una verdadera maraña, complicada aún más todavía por la presencia de prelados auxiliares u honorarios hasta que se reconquistó Calahorra, en el 1046, y recuperó su antigua capitalidad, aglutinando a las mencionadas.
No siempre dieron buen fruto, o el fruto apetecido, las negociaciones del Legado, pero sí que pudieron hacerse sin discordias entre los reyes y sin enfrentamientos entre los obispos y, desde luego, sentaron las bases para que la obra trascendiera al gestor.
Se cuenta que en cierta ocasión libró los campos riojanos de una plaga de animalitos, y por eso le invocan los agricultores de una manera especial contra la langosta.
Vivió alrededor de cinco años por nuestra tierra. Agotado y enfermo se retiró a Logroño donde parece que murió alrededor del año 1044; pero su cuerpo se venera en la iglesia de san Gregorio de Pinave, entre Viana y Logroño.
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